La doctrina básica y fundamental de esta organización debe ser el estándar de la Biblia para la salvación completa, que es el arrepentimiento, el bautismo en agua por inmersión en el nombre del Señor Jesucristo para la remisión de los pecados y el bautismo del Espíritu Santo con el signo inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu nos dé que hablemos.
(Hechos 2:38; 8:15; 10:44-48; 19:2-6)
Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios escrita e infalible y autorizada para inspirar
(1 Cor. 2:9-13; 2 Tim. 3:16-17)

Creemos que en el principio Dios creó al hombre inocente, puro y santo, pero a través del pecado de la desobediencia, el hombre cayó. Por lo tanto, por la desobediencia de un hombre, el pecado entró en el mundo. En la plenitud de los tiempos, Dios se manifestó en la forma del hombre, es decir, Jesucristo (Gálatas 4:4) y por su muerte en la cruz hizo provisión para que el hombre sea redimido de nuevo a sí mismo. Esta redención por Su sangre fue todo para los hombres, pero solo aquellos que la aceptan en los términos de Dios son salvados de las penalidades del pecado (Gen. 1:27; Rom.5)

Creemos que el bautismo en agua es para el perdón o la remisión de los pecados (Hechos 2:38). Creemos que el modo bíblico del bautismo en agua es por inmersión en el nombre del Señor Jesucristo y es solo para los creyentes que se han arrepentido por completo. El bautismo en agua debe ser administrado por un ministro del Evangelio debidamente autorizado en un acto de fe y obediencia a la Palabra de Dios (Hechos 2:38; 8:16; 10:47; 19:5) cumpliendo así Mateo 28:19.

• Creemos que el bautismo del Espíritu Santo para los creyentes, obtenido por fe y obediencia (Hechos 2:38-29; 5:31-32) y preguntando (Lucas 11:13). Se evidencia hablando en otras lenguas como el Espíritu de Dios pronuncia (Hechos 2:4).
• Además, creemos que este es el estándar de la experiencia de salvación Cristiana normal desde Pentecostés.

Juan el Bautista, en Mateo 3:11 dijo “... él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” Jesus dijo “...mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:5). Hechos 2:4 nos dice “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Es bíblico esperar que todos los que reciben el don, la llenura o el bautismo del Espíritu Santo reciban el mismo signo físico inicial de hablar en otras lenguas. El hablar en otras lenguas, como se registra en Hechos 2:4, 10:46 y 19:6, y el don de lenguas como se explica en 1 Corintios capítulos 12 y 14, son las mismas en esencia pero diferentes en uso y propósito. El Señor, a través del profeta Joel dijo “...derramaré mi Espíritu sobre toda carne…” (Joel 2:28). Pedro, al explicar esta experiencia fenomenal, dijo “...habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.” (Hechos 2:33). Además, “...para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” (Hechos 2:39)